Categoría: Astronomia

A Sólo 20 años luz del sistema solar está Gilese 581, una estrella (una enana marrón) en la que en septiembre de 2010 descubrieron planetas rocosos de tamaño similar a la tierra y orbitando a una distancia de la estrella proporcional a la de la tierra (teniedo en cuenta la menor luminosidad de ésta estrella en comparación con el sol). Todo esto suponiendo que creamos que los modelos de detección de planetas extrasolares son válidos, claro.

Método 1: Ocultación

En este caso han sido detectados por velocidad radial (óptica o doppler, no lo sé la verdad) porque el plano orbital de los planetas no coincide con el de la tierra, así que no hay ocultación. Esto, además de quitarnos un método de comprobación muy importante, es una faena porque hace mucho más difícil conocer la composición química de las posibles atmósferas de los planetas que giran a su alrededor.

Gilese G es el 6º planetaAl parecer su movimiento de rotación está sincronizado con el de traslación, como la luna, lo que lleva a pensar que tendría de por si menos actividad geológica de la tierra, pero aún así gira lo suficientemente rápido (30 días en dar una vuelta entera alrededor de Gilese 581) como para sí tener un campo magnético (básico si queremos evitar que nuestros bloquecitos de aminoácidos no sean reventados a base de radiación cósmica). No obstante las resonancias orbitales con el resto de los planetas del sistema (relativamente grandes y cercanos entre sí, en 0.1 UAs hay 4 planetas!!) sí podría hacer que tuviera actividad geológica «exógena» (al estilo de las lunas de Júpiter Io y Europa.)

Lo han descubierto usando esto:

La buena noticia es que al orbitar una estrella enana tiene mucho más tiempo para desarrollar vida (o lo que salga).

Se observaron auroras en zonas de baja latitud, como Roma, Madrid, La Habana y las islas Hawai, entre otras.